Por: Valeria Bocanegra
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En México, el maíz no es sólo un alimento: es raíz, cultura y antojo. Es tan importante que hay mitos fundacionales, como el Popol Vuh, que ven en el maíz el origen de la humanidad. Cuando este legendario ingrediente se convierte en garnacha, estamos hablando de una de las mayores expresiones del sabor callejero y popular.
Las garnachas hechas con maíz son deliciosas, versátiles y 100% mexicanas. Ya sea fritas, asadas, suaves o crujientes, siempre encuentran la manera de enamorar paladares. Aquí te presentamos un sabroso top 10 de las mejores garnachas hechas con maíz, para que celebres el maíz como se debe: con salsa, queso y mucho sabor.
1. Tlacoyos
El clásico de los tianguis y puestos ambulantes. Es una tortilla de maíz azul muy gruesa y ovalada, rellena de frijol, haba o requesón. Se cuece en comal y se sirve con nopales o quelites, cebolla, queso rallado y salsita. Este antojito seguro ha sacado de apuros a más de uno cuando tienen poco dinero y hambre, pues los puestos de tlacoyos siempre son omnipresentes en México.
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2. Sopes
Una pequeña obra maestra redonda. Se trata de una base de maíz con la orilla pellizcada, frita o asada, y cubierta con frijoles, carne, lechuga, crema, queso y salsa. Los sopes varían según la región de México donde los compren, hay lugares en los que se omite la base de frijol, y sólo se le pone salsa, queso, lechuga y crema. En otras regiones podrán saborear sopes de diferentes guisados como papas con queso, chicharrón, carne deshebrada y más.
3. Huaraches
El primo alargado del sope, más grande y sustancioso. La base es de masa mezclada con frijol, en forma de suela de zapato (de ahí el nombre). Encima lleva carne (generalmente bistec o cecina), nopales, queso y salsa.
4. Gorditas
Redonditas y crujientes por fuera, suavecitas por dentro. Puede estar frita o cocida en comal y va rellena de lo que se te antoje: chicharrón prensado, frijoles, requesón, tinga o papa con chorizo. Como con lo sopes, diferentes regiones tienen su propia versión de las gorditas. Por ejemplo, en Michoacán suelen ser más pequeñas, como de unos 5 o 6 cm de diámetro, fritas y rellenas de requesón, lechuga, tomate y salsas. En otras regiones las gorditas no son tan gorditas, y están rellenas de una gran variedad de guisados, ¡pruébenlas todas!
5. Quesadillas
Una tortilla de maíz doblada, con guisado adentro: flor de calabaza, huitlacoche, chicharrón, papa, hongos, tinga… Se fríe o se cuece al comal, y se acompaña con crema y salsa. Hay una discusión que divide a los capitalinos de quienes viven en el interior: ¿las quesadillas llevan queso o no? ¿Ustedes qué opinan?
6. Tacos dorados (o flautas)
Es una tortilla enrollada con guisado adentro (papa, pollo, carne deshebrada), frita hasta quedar crujiente. Se sirve con lechuga, crema, queso y salsa. En algunas regiones se sumergen en consomé o se bañan en salsa. En la Ciudad de México hacen la distinción entre el taco dorado y la flauta, cuya única diferencia es la longitud del platillo. Por otra parte, en Sinaloa los bañan con crema líquida y los espolvorean con queso fresco.
7. Enchiladas
Hechas de tortillas de maíz pasadas por salsa caliente (roja o verde), doblada o enrollada y rellena de pollo, queso o carne. Se sirve con crema, queso, cebolla y, en algunos lugares, con papas y zanahorias.
8. Chalupas
Son pequeñas tortillas fritas en manteca, bañadas en salsa roja o verde y coronadas con carne deshebradas, cebolla y queso. Son originarias de Puebla, pero cada región tiene su estilo. Si tienen oportunidad, pruébenlas en Puebla capital, recién salidas del comal y con salsa picosita, ¡no se arrepentirán!
9. Tamal (en hoja o en torta, ustedes tienen la última palabra)
Aunque no se parezca a las demás garnachas, el tamal es una joya de masa de maíz rellena de mil guisados distintos: mole, rajas, dulce, cochinita, etc. Va al vapor y puede comerse solo o dentro de un bolillo, como buen chilango. También, pueden elegir entre los tamales hechos en hojas de maíz o en hojas de plátano, ¡ambos son deliciosos!
10. Enchiladas potosinas
Sí, merecen su propio lugar. Estas delicias originarias de San Luis Potosí son únicas porque la salsa se mezcla con la mesa antes de cocerse, lo que les da una apariencia rojiza y un sabor inigualable. Se rellenan con queso enchilado y se fríen hasta quedar ligeramente crujientes. Se sirven acompañadas de frijoles, con crema, queso y lechuga. Estas enchiladas no llevan salsa encima, porque ya la traen dentro de la masa.
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