¡Amigos! Si han viajado por México, seguro han notado que este país es una mezcla gloriosa de cultura, caos y creatividad. Aquí las reglas de la lógica a veces no aplican y lo cotidiano puede convertirse en algo surrealista en cuestión de segundos. No importa si son turistas o locales, hay cosas que sólo en México pueden ver y vivir. Así que prepárense, porque aquí les traigo 20 situaciones que solo suceden en nuestra amada tierra.
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Nadie sabe exactamente por qué están ahí. Algunos dicen que es señal de territorio, otros creen que es simple vandalismo. Lo cierto es que los cables de luz parecen bazares de tenis viejos.
“¡Se compraaaaan colchoneeesss, tambores, refrigeradoooreees…!” No importa dónde estén, este sonido los perseguirá. Claro, es más común en la capital del país y ya es parte del paisaje sonoro de nuestra ciudad, incluso ya se puede llegar a escuchar en algunas zonas más turísticas o gentrificadas la versión en inglés.
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Desde las tortas de tamal, chicharrón o chilaquiles hasta los dorilocos o doriesquites, México lleva la comida callejera a otro nivel. No juzguen, hasta que los prueben.
No importa su tono de piel, los vendedores suelen utilizar esta clase de adjetivos para atraer vendedores. Claro, hay una cuestión de pensar en la blanquitud como algo “bello”, aunque no lo sea necesariamente, pero ya forma parte de la idiosincrasia del mexicano.
El metro de la Ciudad de México es una excelente fuente de historias para fascinar al más estricto oyente. Ya sea por sus leyendas en ciertas estaciones o en los túneles, los famosos “últimos vagones” y el uso dado principalmente por la comunidad lgbt o las interminables horas pico entre semana. Siempre hay historias qué contar y qué escuchar de este transporte colectivo.
¿Quién necesita Spotify cuando puedes escuchar cumbias a las 7 a. m. desde todos lados? Un clásico de las calles mexicanas, particularmente es común escuchar esta alegre música en colonias o barrios populares. El paisaje sonoro es increíble.
Si pensaban que el “fierro viejo” era lo único que podrías escuchar en las calles que no sea música, esperen a que este señor los despierte un domingo con su “¡Tamaleeees, oaxaqueñooos, calientitooos!”. Eso sí, siempre muy deliciosos.
Aquí no hay límite de pasajeros. Si creen que ya no cabe nadie más, el chofer siempre tiene otro espacio imaginario. Y lo increíble es que siempre podrás entrar. ¡Es increíble!
La seguridad primero, amigos. Nada dice “aquí no te metas” como una barda con vidrios rotos incrustados. ¿Funciona? Probablemente no, pero de que te advierte peligro, lo hace.
Cada semáforo es un mini mercado: fruta, dulces, juguetes, agua… hasta la limpieza de parabrisas obligatoria si no reaccionan a tiempo.
Si algo nos caracteriza a los mexicanos es nuestra creatividad. “Tacos Don Vergas”, “Peluquería Juan Scissors”… La creatividad mexicana no tiene límites.
Ese carrito de carga que desafía las leyes de la física. No importa cuánto lleve, siempre se las arregla para no colapsar (o eso parece).
Si algo se vuelve viral, en menos de 24 horas ya hay playeras, stickers y hasta piñatas de eso. Negocio es negocio. Y quien lo sabe aprovechar, siempre obtiene buenos resultados.
Aquí el descanso es una necesidad. Si a un niño le agarra el sueño a media fiesta, no importa cuánto ruido haya, un par de sillas serán perfectas como cama.
Van por unas frutas y terminan con ropa, juguetes, herramientas y hasta un celular de dudosa procedencia. Los tianguis tienen una importancia muy grande en nuestra cultura y es increíble poder encontrar hasta lo que ni sabían que necesitaban.
Abundan las historias de abuelos peleando con el diablo en el monte o la Llorona apareciéndose en cada esquina a altas horas de la noche.
Si bien es un evento celebrado en muchos países de Latinoamérica, la creatividad que nos caracteriza a los mexicanos también hacen estas festividades algo increíble. Las chicas suelen buscar verse como verdaderas princesas.
El famoso “¿A que voy y lo encuentro?”, o el “Te calmas o te calmo”. Inolvidables e infalibles. Las madres mexicanas suelen tener un temperamento fuerte.
Un clásico de las fiestas. Alguien siempre termina recibiendo un golpe en la cabeza (y sí, a veces es el cumpleañero).
Y sí, es un signo de madurez cuando comienzas a pelear con una señora para poder sentarte.
México es una joya, amigos. Caótico, divertido y siempre sorprendente. Hay cosas que simplemente no pasan en ningún otro lugar, y eso es parte de su magia. Así que, cuando vean algo inexplicable en la calle, no pregunten por qué… mejor disfrútenlo y griten “así es México”.
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