Monumentos que sólo verás en México

Por: Luis Palos

Durante uno de mis viajes por México, me topé con algunos monumentos que definitivamente no se ajustan a lo convencional. Lejos de los típicos homenajes históricos o esculturas clásicas, descubrí estructuras tan inusuales que me hicieron detenerme, reír e incluso reflexionar. Si algún día tienes la oportunidad de recorrer estos lugares, no dudes en hacerlo, porque cada uno de estos monumentos te dejará con una mezcla de asombro y curiosidad, ya que reflejan el carácter desenfadado y creativo que solemos tener en el país.

Glorieta de la amistad, Guanajuato

Entre los municipios de Moroleón y Uriangato se encuentra la Glorieta de la Amistad, donde unos gigantescos carretes de hilo te reciben como emblemas de la región. Estos símbolos textiles no son sólo esculturas, sino un homenaje visual a la industria que impulsa la economía local. Nunca imaginé que algo tan cotidiano pudiera convertirse en una obra tan representativa.

El umbral del milenio, Chihuahua

Al llegar a Ciudad Juárez, cerca del Parque Tierra Blanca, me sorprendió una estructura que muchos asocian con el copete de Johnny Bravo. En realidad, se llama “El umbral del milenio” y fue construido entre 1998 y 2002. Su diseño es tan peculiar que inevitablemente te saca una sonrisa. Puede parecer un chiste, pero forma parte del paisaje con toda la gravedad de un monumento oficial.

La cuchara de albañil, Estado de México

En una glorieta del municipio de Tecámac, me encontré con una cuchara de albañil de tamaño gigante, completa con tierra simulando estar en uso. Este monumento rinde homenaje a los trabajadores de la construcción, y aunque al principio parece gracioso, termina siendo un reconocimiento bastante emotivo.

Salsa botanera, Nuevo León

En Santa Catarina, una enorme botella de salsa se alza sin cartel ni explicación. Es simplemente eso: una salsa gigante, haciendo referencia a la famosa marca “La Botanera”. Ubicada cerca de Soriana La Puerta, esta escultura sin contexto es tan inesperada que no pude evitar detenerme para tomarle una foto.

Estos monumentos, aunque extraños, tienen un encanto que los hace inolvidables. Son testimonio del ingenio, la identidad y el humor que caracterizan a cada rincón de México. Si algún día tienes la oportunidad de visitarlos, hazlo. No sólo verás esculturas, sino pedacitos del alma de cada comunidad.