Por: Valeria Bocanegra
Publicidad
Bicis vintage rodando por calles empedradas en Condesa o Coyoacán. Cafés con pan artesanal y plantas colgantes. Perros con pañuelo en parques soleados. Gatos mirando por la ventana. Librerías escondidas. Atardeceres en terrazas con filtro cálido.
Si han pasado más de cinco minutos en TikTok o Instagram, seguramente habrán visto videos que muestran la vida en la Ciudad de México como una mezcla entre una película indie y una postal parisina. Esa estética que idealiza la rutina diaria —el cafecito, el mercado de flores, el vinito en la Roma— ha creado una versión muy romántica de lo que es vivir aquí.
Pero, ¿de dónde viene esta romantización de la vida en CDMX? ¿Por qué se ve tanto en redes sociales? ¿Y qué tanto refleja la realidad? Sigan leyendo para averiguar la respuesta a estas interrogantes.
Publicidad
¿Qué es la romantización de la vida cotidiana?
Romantizar la vida significa resaltar lo bonito del día a día: hacer que lo simple parezca especial. Tomarte un café como si fuera un ritual sagrado. Ver la lluvia como escena de película. Salir al tianguis y grabarlo como si estuvieras en un mercado europeo.
No es algo malo en sí. De hecho, puede ser una herramienta para valorar lo que ya tenemos. Pero cuando se convierte en una imagen editada, cuidadosamente montada para redes, también puede ser una distorsión de la realidad.
¿Por qué se romantiza tanto la vida en CDMX en redes sociales?
Hay múltiples factores que han llevado a la romantización de la CDMX, entre los cuales se pueden destacar los siguientes:
¿Qué se queda fuera de esa visión romántica?
Aunque los videos muestran una versión acogedora de la ciudad, hay muchas realidades que quedan fuera del encuadre:
Romantizar puede inspirar, sí, pero también invisibiliza problemas estructurales y puede generar frustración en quienes no pueden vivir bajo esa estética aspiracional.
¿Está mal romantizar la vida en CDMX?
No necesariamente. Todos queremos ver lo bonito de donde vivimos, y está bien compartir eso. El problema viene cuando esa visión se convierte en una narrativa única que borra la diversidad de realidades que existen en la ciudad.
Se vale grabar el café bonito. Se vale disfrutar un brunch con amigas. Pero también se vale hablar del tráfico, del Metro, de las rentas absurdas, del miedo a caminar sola en la noche. Romantizar puede ser lindo, pero romantizar todo sin matices puede ser peligroso.
Conclusión: vivir bonito, pero con los pies en la tierra
La CDMX es hermosa, sí. Pero también es compleja, dura y contradictoria. No es solo terrazas en la Condesa y parques en la Roma. Es también camiones llenos, sueldos bajos, rentas impagables y personas que sobreviven con el salario mínimo en una ciudad que se transforma cada día.
Si van a romantizar, hay que hacerlo con honestidad y consciencia de clase. Disfrutando lo bonito, pero reconociendo lo que no nos gusta tanto. Porque solo así, con una mirada completa, podemos hablar de una ciudad real, no solo de una ciudad para redes. Y ustedes, ¿han sentido que la vida en CDMX se ve más bonita en Instagram que en la realidad?
Regístrate y recibe nuestra newsletter
ÚNETE AHORA ÚNETE AHORALa función MIS FAVORITOS sólo está disponible para usuarios registrados. Accede a tu usuario o crea tu cuenta gratuita.
acceder área privada